No sé a donde ir.
O no sé ir a donde sé.
Rápido la llama arde.
A ratos viene, pero se esconde.
La calma expande
un sonido sordo que explota.
La luz se absorbe,
el color que queda se esconde.
Un maullido que no se ve.
Su cabello camuflado en la noche.
El olor de la muerte,
de la rosa más bella.
El pirata con rumbo
perdido en un mar de pena.
No sabe dar con tierra,
no sabe a dónde va,
no sabe a dónde llega.
Negro viene el día.
Oscuro teñido el cielo.
Rayo tenue de esperanza.
Así me pierdo en su pelo.
Álex Ariza

Responder