Cuando todo hiela y nada abrasa.
Cuando todo ahoga y nada salva.
Cuando los abrazos se convierten en jaulas,
las manos en cuchillos,
y las caricias en puñaladas.
Cuando los besos se tornan moratones,
y la saliva en veneno.
Entonces los colores se marchitan,
la luz se apaga,
y las rodillas tiemblan.
Un llanto mudo y seco se anuda en la garganta,
y todo duele.
Midoblebeta

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